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Ayer, y en referencia a su supuesta reunión con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodriguez, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos manifestó, con evidente tono chulesco y desabrido que “él está en política para quedarse” y que “a él no le echa nadie”.
Dos afirmaciones que en política cabría calificar de error de bulto o de chulería barriobajera si no fuera porque bajo las mismas subyace la verdadera intención de todo un aprendiz de dictador de izquierdas, buen discípulo de su señor, el presidente Sánchez, aunque a estas alturas no se sepa bien a las claras quién es el discípulo y quien el maestro o quien ha aprendido más de quién.