fbpx

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 34 segundos

Error de concepto básico

 

Uno de los recuerdos más aciagos de mi época estudiantil tiene como protagonista a un profesor de dibujo técnico, famoso por su exigencia e inclemencia en sus calificaciones.

El hombre no se andaba con tonterías y tenía muy claro que, en su disciplina, había una serie de conceptos básicos que todo alumno debía conocer y que, caso de errar en uno de ellos, sancionaba con toda severidad en forma de círculo en rojo chillón alrededor del punto de yerro que, además de arruinar todo el conjunto, venía siempre acompañado por la leyenda no menos escandalosa y llamativa por su trazo y color: ECB”.

Dada la gravedad que el docente atribuía a la cuestión, cometer un error de concepto básico era motivo de detracción de un buen puñado de puntos menos y, caso de repetirse alguna otra vez, de un suspenso seguro.

Pues bien, debo reconocer que esta técnica de los conceptos básicos caló lo suficiente en mí como para que, a día de hoy, me sirva para identificarlos de inmediato y rechazarlos de plano, poniendo a quien basa en ellos sus argumentos en una cuarentena intelectual, a menudo permanente.

Es por esto por lo que, a mi juicio, la manera de enfocar el tema del referéndum de autodeterminación catalán no es ni más ni menos que un enorme error de concepto básico en sí mismo.

En relación a ello, los independentistas y sus terminales mediáticas no se cansan de bramar contra el grave ataque a la democracia que supone cercenar su supuesto derecho a decidir acerca de la autodeterminación de Cataluña unilateralmente, olvidando de manera flagrante y a menudo histriónica que el verdadero ataque a la democracia y a la Constitución lo supone la pretensión de hacerlo de manera separada y hurtando al resto de España su opinión al respecto.

No se trata por tanto de un derecho exclusivo de los catalanes puesto que, en el fondo de la cuestión, estamos hablando de una parte de España y por ello, lo verdaderamente democrático es que todos los españoles tengamos algo que decir y decidir, en forma de consulta, llegado el caso.

Si no se hace así, si no se invita a participar a todos los españoles acerca del futuro de una parte de nuestro país, aparte de en un tremendo error democrático, estaremos incurriendo en otro no menos grave de concepto básico que, caso de prosperar, carecerá de árbitros y rotuladores rojos que nos hagan plantearnos de nuevo la cuestión y nos obligue a volver a empezar, porque, dicho sea de paso, a esos rotuladores y a esos profesores ya se están encargando otros de dejarlos sin tinta, competencias ni atribuciones.

Pero eso es otra historia, de la que me temo que hablaremos muy pronto.

 

 

 

 

Deja una respuesta

*

Uso de cookies

Desde mi nube utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies