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Como llevamos mucho tiempo viendo, probablemente demasiado, el comportamiento de los independentistas catalanes es un claro ejemplo de quien tiene la piel ya no fina, sino transparente.
Quienes seguimos más o menos de cerca el juicio que, a consecuencia del mal llamado proceso independentista catalán, se está celebrando en el Tribunal Supremo a los instigadores de los aciagos hechos del 1 de octubre de 2017 (1-O para los amigos y adeptos a la causa), estamos comprobando como todo lo relacionado con este sarao disparatado que, dicho sea de paso, pagamos entre todos (el proceso, no el juicio, que también) muestra hasta qué punto quienes no creen en la democracia pueden valerse de ella y asirse a sus principios con descomunal fuerza para menoscabarla y zaherirla hasta destruirla completamente.Así, como argumento de este teatro de mal gusto al que nos obligan a asistir, pagando encima la entrada, no han dudado en fingir agresiones, agravios y lesiones, repitiendo insultos que sólo ellos han escuchado, reclamando protección contra furiosos gigantes que, en el fondo no son más que nobles molinos que van a lo suyo y que lo último que necesitan es que unos papanatas vengan a quejarse de algo que no existe y en lo que aquellos no tienen absolutamente nada que ver.
Por contra, y mientras tanto, vemos como son estos ofendiditos, profesionales del agravio, quienes realmente agreden, fingen e insultan, según convenga, en cuanto ven una cámara o tienen un teléfono a punto para montar la comedia, todo convenientemente deformado por los altavoces mediáticos afines, que los hay y muchos y a quienes también pagamos a escote entre el resto.
Por pagar que no quede.
Llegará el día, si es que no ha llegado ya, en el que los molinos, pacientes e incansables, vuelvan sus aspas inmunes a tanta falacia con lo que el peligro de que el hastío los haga cambiar de la historia quijotesca al cuento de la lechera será más real que nunca.
Y para entonces de nada les servirá hacerse los ofendiditos.
Porque entonces sí que ya nadie les hará ni puñetero caso.