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Reforma

A principios de este mes de noviembre se publicaron las cifras de paro del mes de octubre que arrojaban unos datos sorprendentes y ciertamente alentadores para regocijo de los gobernantes.

Según estos, el paro bajó en octubre en 27.000 personas, la mayor caída en toda la serie histórica en un mes tradicionalmente marcado por malos datos en el empleo debido fundamentalmente a la finalización de los contratos estivales.

Como digo, el júbilo y la satisfacción del gobierno alcanzó también tasas nunca vistas, acompañadas de piropos, parabienes y toda clase de juegos florales por parte de los terminales mediáticos gubernamentales que para eso están y para eso cobran.

Sin embargo, a poco que uno investigue, el soufflé no tarda mucho en deshincharse cuando se comprueba que, en realidad, las cifras son un burdo engaño sólo atribuible a la contratación de interinos del sector de la enseñanza y, sobre todo, a que la reforma laboral de la ministra Yolanda Díaz, en vez de resultar próspera en logros y derechos para los trabajadores, ha resultado ser finalmente ser sólo un pretexto para poner los juegos semánticos al servicio de la estadística con los únicos fines, como diría la RAE, de limpiarla, fijarla y darle esplendor.

En realidad, estamos comparando churras con merinas, ya que los cambios habidos en el mercado de trabajo no son tales y las nuevas figuras jurídico-laborales tienen como única misión engañar y confundir al personal, puliendo una estadística en la que, a poco que se escarbe, se revela como nefasta.

Y es que MIENTEN cuando presentan la mayoría de los contratos laborales como INDEFINIDOS, cuando en realidad lo son A TIEMPO PARCIAL o FIJOS DISCONTINUOS. ¿Será por eufemismos?

Pero claro, el Gobierno a lo que está es a la estadística y no a la creación de empleo, jugando al juego de la confusión de tal manera que estos empleados contratados como fijos discontinuos computan en las estadísticas como si fueran los EMPLEADOS FIJOS de antaño, aunque, en realidad, no estén trabajando.

Así, un trabajador cuyo contrato de trabajo haya expirado y que se encuentre cobrando el subsidio, para este Gobierno malabarista cuenta como EMPLEADO y no como PARADO.

Esta forma de maquillar las estadísticas de empleo, como si de una vedette sesentona se tratara, sale rápidamente a la luz con sólo fijarnos en un parámetro que ni el Gobierno ni sus medios de comunicación afines tiene el más mínimo interés en airear. El dato no es otro que el de DEMANDANTES DE EMPLEO OCUPADOS (DEO), eufemismo que sirve para designar a aquellos trabajadores que aún se encuentran en ERTES o a esos fijos discontinuos, cuyos contratos han vencido y que cobran el subsidio de desempleo, AUNQUE CONSTAN EN LOS REGISTROS DE EMPLEO, porque, para el Gobierno esa discontinuidad no es más que una anécdota laboral en la vida del empleado-desempleado mientras vuelve al tajo. Al que sea.

De esta manera, eufemismos aparte y llamando a las cosas por su nombre, nos encontramos con que los DEO (recordemos, aquellos que sin estar trabajando porque se les ha acabado el contrato y que no figuran en las listas de desempleados porque se enmascaran como fijos discontinuos y cobran el subsidio de desempleo) fueron en el mes de octubre unos 123.000.

Si a esta cifra de desempleados reales le restamos la anunciada bajada de 27.000 parados, nos encontramos con que, en el mes de octubre de 2022, la cifra real del paro se conforma con un AUMENTO de 96.000 personas.

Casi nada.

Así, cambiando la terminología, engañando y burlándose de todos nosotros es como el Gobierno nos presenta unas cifras tan falsas como preocupantes.

En cualquier caso, lo cierto es que esto no es lo peor, ya que resulta meridianamente claro que, para este Gobierno, los ciudadanos, trabajadores a tiempo completo, parcial, indefinidos, fijos (continuos y discontinuos), desempleados, pensionistas y mediopensionistas tenemos un denominador común.

Para ellos todos somos unos completos tontos continuos.

Foto: Creación propia a partir de parámetros aportados a la herramienta de inteligencia artificial DALL-E de Open-AI.

One thought on “Paro y reforma laboral. El timo de la discontinuidad

  1. Hay una cosa que siempre me ha llamado la atención la palabra ,” Indefinidos ” ¿ Quiere decir algo ?
    Una de las trampas que este gobierno se ha inventado tú la describes muy : FIJOS DISCONTUNIOS. Están en paro, cobrando el subsidio y no figuran como parados.
    El número de altas también se produce con los funcionarios que engrosan la lista de ocupados
    Amigo, Javier, este gobierno de la chistera es capaz de sacar un toro bravo, sin inmutarse. Estoy contigo en todo

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